Mantenimientos preventivos

Cambio de aceite y filtros

Mantén el motor de tu coche funcionando como el primer día.

El aceite y los filtros son esenciales para evitar el desgaste prematuro del motor y garantizar un rendimiento óptimo.
Incluye drenaje del aceite usado y reposición con aceite de alta calidad según las especificaciones del fabricante. Cambio del filtro de aceite para asegurar la máxima limpieza y eficiencia en el motor. Inspección y, si es necesario, sustitución de otros filtros importantes como el de aire, combustible y habitáculo.

Revisión y cambio de frenos

Viaja seguro con un sistema de frenos en perfecto estado.

Los frenos son el principal elemento de seguridad de tu coche, y es vital mantenerlos siempre al 100%.

La revisión de frenos incluye la inspección del estado de las pastillas, discos y líquido de frenos. Sustitución de pastillas desgastadas y rectificado o cambio de discos si es necesario. Comprobación del nivel y calidad del líquido de frenos, además de su sustitución en caso de contaminación.

Cambio de neumáticos y revisión de suspensión

Unos neumáticos y una suspensión en buen estado aseguran confort y estabilidad en tu conducción.

Revisión del desgaste de los neumáticos y su alineación. Comprobación de la presión de los neumáticos y ajuste según las especificaciones del fabricante. Inspección de amortiguadores, muelles y elementos de suspensión para detectar desgastes o fallos. Sustitución de componentes dañados para garantizar la máxima estabilidad y seguridad.

Revisión de sistema de refrigeración, aire acondicionado y calefacción

Mantén la temperatura ideal en tu vehículo y evita problemas relacionados con el sistema térmico.

Ya sea para prevenir el sobrecalentamiento del motor o disfrutar de un clima agradable dentro del coche, nuestro servicio garantiza el correcto funcionamiento de estos sistemas esenciales.

Inspección de fugas en radiadores, mangueras y conexiones. Verificación y cambio del líquido refrigerante según especificaciones del fabricante. Comprobación y sustitución de componentes clave como termostatos, bombas de agua y ventiladores.

Diagnóstico de presión en el circuito de aire acondicionado. Limpieza del sistema para eliminar malos olores y asegurar aire limpio. Revisión y recarga de gas, comprobación del compresor, condensador y evaporador para detectar averías o desgaste.

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